Ruido laboral: el riesgo silencioso que aún debemos aprender a escuchar

El ruido continúa siendo uno de los riesgos más relevantes en el ámbito laboral y, al mismo tiempo, uno de los menos visibilizados. Según información pública de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, aunque se registró una reducción del 20,2% en las enfermedades profesionales asociadas a este agente, sigue ocupando el primer lugar en cantidad de casos notificados. A nivel mercado, solo en el primer semestre de 2025 se informaron 4.573 casos en todo el país, una cifra que deja en claro que el problema persiste y que aún existe un camino por recorrer en materia de prevención.

En nuestra experiencia, las fallas más frecuentes en la gestión del ruido se encuentran en la etapa de medición. Muchas empresas utilizan sonómetros que no integran Nivel Sonoro Continuo Equivalente, determinan la exposición del trabajador sin calcular la dosis diaria real o realizan dosimetrías sin contemplar todas las tareas habituales de la jornada. También es habitual que se empleen instrumentos que no cumplen con las normativas o que no están correctamente calibrados. Estos errores técnicos no son menores: condicionan la calidad de la evaluación y dificultan que las medidas preventivas realmente protejan la salud auditiva de los trabajadores.

El ruido, además, es un riesgo que se desarrolla en silencio. No causa dolor, no deja marcas visibles y su daño se manifiesta de manera progresiva. La hipoacusia laboral suele advertirse recién cuando ya es irreversible, lo que convierte a este agente en una amenaza subestimada dentro de las organizaciones. Muchas personas se «acostumbran» al ruido constante y lo incorporan como parte del entorno laboral, lo que debilita la percepción del riesgo e impide dimensionar sus consecuencias. Sin embargo, el impacto en la vida de un trabajador puede ser profundo: limita su desempeño, incrementa los riesgos de accidentes por fallas en la comunicación, y reduce la concentración. En el plano personal, afecta la vida social, dificulta actividades cotidianas y puede derivar en aislamiento y deterioro emocional.

Este escenario evidencia la necesidad de contar con herramientas efectivas para la prevención. Existen empresas que declaran trabajadores expuestos al agente ruido, pero no cuentan con evaluaciones objetivas ni con un Programa de Conservación Auditiva que permita monitorear la exposición. Por este motivo, desde Federación Patronal ART impulsamos el desarrollo del Programa de Conservación de la Audición (PCA)una iniciativa destinada a asesorar a los empleadores en la evaluación adecuada del riesgo, la realización de mediciones confiables, la definición de medidas de control y la selección correcta de protectores auditivos. Su diferencial radica en un enfoque integral y adaptado a las necesidades de cada empresa, tanto en aquellas que comienzan desde cero como en las que ya cuentan con mediciones previas.

El propósito central del PCA es prevenir nuevas hipoacusias y controlar el deterioro de las existentes, promoviendo entornos laborales más seguros y saludables. Esto solo es posible a través de datos precisos y de un seguimiento continuo que permita tomar decisiones informadas. Las empresas enfrentan desafíos importantes, como la falta de conocimiento sobre la relevancia del programa o la resistencia de algunos trabajadores a cumplir con las medidas preventivas. Por eso, nuestra tarea no se limita a brindar indicaciones técnicas, sino a acompañar y fortalecer la cultura de prevención.

El ruido es un riesgo silencioso, pero sus consecuencias no deberían serlo. Desde Federación Patronal ART seguimos trabajando en nuevas herramientas, capacitaciones y asesoramiento para que cada empresa pueda proteger la salud auditiva de sus trabajadores y avanzar hacia ambientes de trabajo más seguros.

Ver más