
Por Martín Latrechina – Jacarandá
Durante los últimos años, la Inteligencia Artificial se instaló como la gran promesa de transformación en todos los sectores, incluido el de los seguros. Desde la irrupción de los chatbots hasta los sistemas de predicción basados en big data, el discurso dominante parecía sugerir que la tecnología vendría a reemplazar lo humano. Sin embargo, hoy atravesamos un momento distinto: el de la desilusión necesaria.
La curva de la desilusión tecnológica
Muchos actores de la industria implementaron soluciones de IA con la expectativa de revolucionar la relación con los clientes. Pero la realidad mostró otra cara: interfaces poco empáticas, procesos que no entienden el contexto y experiencias frustrantes. La “magia” de la IA quedó a mitad de camino entre la promesa de eficiencia y la necesidad real de cercanía.
Esta desilusión, lejos de ser negativa, es una etapa fundamental. Obliga a las empresas a dejar atrás la fascinación tecnológica para preguntarse dónde está el verdadero valor de estas herramientas.
La automatización como aliada, no como sustituta
La respuesta empieza a surgir con fuerza: la IA y la automatización son valiosas cuando cumplen un rol de soporte. Automatizar el back-office, analizar patrones de comportamiento, generar segmentaciones inteligentes o identificar oportunidades de cross-selling son tareas donde la máquina agrega eficiencia.
Esto libera tiempo y energía al Productor Asesor de Seguros (PAS), quien puede enfocarse en lo que ningún algoritmo logra reemplazar: el vínculo personal, la interpretación del contexto y la construcción de confianza.
El valor irreemplazable del PAS
En seguros, más que en muchos otros sectores, el diferencial no está en la velocidad de un sistema, sino en la capacidad de interpretar la vida de una persona. El PAS entiende si una familia atraviesa un momento de expansión o de cuidado, si un cliente prioriza precio o cobertura, si la historia personal condiciona la percepción del riesgo.
La IA puede mostrar datos, pero solo el PAS los transforma en un consejo que da tranquilidad. Ahí está la diferencia entre vender una póliza y acompañar un proyecto de vida.
Un modelo híbrido para el futuro
El futuro del sector asegurador no será IA contra PAS, sino IA con PAS. Un modelo híbrido en el que la automatización potencia el alcance, pero el vínculo humano sostiene la confianza. La desilusión con la tecnología, entonces, no es un final, sino el inicio de una etapa más madura: aquella en la que la innovación no desplaza al asesor, sino que lo enriquece.