Reflexiones sobre los desafíos que la crisis del COVID-19 propone al mercado corporativo


Por Pablo Porto, VP y Gerente General de Pointer

La irrupción del COVID-19 no será un simple paréntesis en nuestras vidas. La experiencia de haber visto al mundo completo en cuarentena dejará en estas generaciones y en las futuras, hábitos y modelos de trabajo y consumo que, pre pandemia, no eran del todo incorporados, ya sea por costos, miedos o simplemente por el tiempo que toma el pasaje de un paradigma a otro.

Lo cierto es que, en este nuevo entorno, mejorar la conectividad, reducir la latencia, garantizar la seguridad y aprovechar la información basada en datos se han convertido en la clave para dar continuidad a los procesos productivos, abrazando el desafío de desarrollar nuevos modelos de negocios.

En este ecosistema que propone un modelo híbrido de trabajo donde la presencialidad y lo remoto conviven en un delicado balance, las soluciones basadas en telemetría y en IoT irrumpen para generar cambios. Las tecnologías que propician el bajo contacto impulsan el desarrollo de la economía para que el mundo laboral siga funcionando, y este tipo de soluciones se vuelven socias estratégicas para desarrollar aquellas tareas que necesitan de mucha supervisión in situ, manteniendo el contacto de forma remota, y sin la necesidad de un seguimiento presencial de los temas.

Contar hoy con soluciones para una gestión ágil, sencilla y eficiente de los activos, pone a disposición de las organizaciones, información de valor para la toma decisiones de negocios.

Sin lugar a dudas, la pandemia fue el catalizador que impulsó el crecimiento de tecnologías que estaban presentes, pero no terminaban siendo adoptadas completamente. Hoy es un hecho que el “Mundo Tele” ya es parte de la “nueva normalidad”. Con el uso de estas herramientas, usuarios y empresas empezaron a ver que no siempre es necesario estar cara a cara para recibir o brindar un servicio de calidad.

En su informe “La diversidad tecnológica impulsa el crecimiento del IoT”, Forrester comenta que, durante 2021, la demanda de nuevas aplicaciones, tecnologías y soluciones de Internet de las Cosas será impulsada por la atención médica en línea, las oficinas inteligentes, la monitorización remota de activos y los servicios de geolocalización.
Esta fusión entre industria 4.0 e IoT augura importantes beneficios en los próximos años. Los expertos prevén que el mercado global del IoT alcanzará los 750 mil millones de dólares para el año 2023. Por otra parte, se estima que para 2025 las conexiones globales alcanzarán un crecimiento del 107% (37 millones frente a los 17,7 mil millones actuales).

Seguimiento punto a punto

Si una industria ha ganado protagonismo en este mercado impactado por el contexto de pandemia es la logística. Actores clave al momento de garantizar el abastecimiento, las empresas del sector han encontrado en las nuevas tecnologías aliados para responder a las necesidades sin, por eso, poner en riesgo a sus colaboradores. La gestión de activos irrumpe para impulsar un cambio en el mercado, asegurando la continuidad del trabajo y minimizando los contactos, a partir del acceso a la información desde cualquier dispositivo, a través de herramientas ágiles y de acceso dinámico.

La tecnología funciona sobre activos clave, que en este contexto pueden ser por ejemplo: camiones con productos perecederos o furgones refrigerados que transporten vacunas u otro tipo de medicamentos.

La herramienta permite realizar el seguimiento de variables que van desde la temperatura y humedad de la carga hasta las horas de manejo del conductor y la distancia recorrida por el vehículo, pasando por cantidad de puntos de descarga visitados u horas de llegada a clientes, sin necesidad de realizar supervisiones de forma presencial en diferentes puntos del trayecto. Incluso cuentan con funcionalidades básicas como la generación de alertas de geolocalización y estado de los activos, que enriquecen la información presentada en tableros de control amigables y simples de interpretar.

De esta forma se logra mejorar la eficiencia de los recursos, garantizando la calidad de los productos transportados al mismo tiempo que permite a las organizaciones tomar decisiones estratégicas que mejoren la eficiencia de las operaciones logísticas y del reparto de última milla.

Nuevos roles, nuevas oportunidades 

Transitamos un momento en el que las organizaciones deben conocer y comprender cada vez más y mejor a sus clientes. Aquellas que lo logren serán las que estén más preparadas para transitar con éxito hacia el siguiente nivel. El incremento en el uso de las tecnologías disponibles potenció la transformación digital global que ya estaba en marcha y terminó de afianzar la incorporación de soluciones que, en otras circunstancias, podría haber tenido lugar a lo largo de un lustro. El avance que se materializó en el último año obliga a las compañías a estar un paso delante de las necesidades del mercado.

El reto de las empresas radicará en ser precisas y efectivas en cada punto de conexión con sus públicos, la experiencia del cliente se volverá aún más esencial que antes. Saldrán fortalecidas de esta crisis quienes demuestren mayor agilidad, resiliencia, empatía, y adaptación.

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