
Gustavo Trías, Diego Guaita y Alejandro Canale Becker.
El Día del Seguro es una fecha que invita a reflexionar sobre la importancia de un sector que sostiene el entramado económico y social del país. Desde las cámaras empresarias del sector destacan que en estos tiempos de incertidumbre, el seguro se convierte en un pilar de estabilidad: ofrece respaldo frente a los imprevistos y promueve una cultura de previsión que impacta directamente en la vida cotidiana de las personas y en el desarrollo de las empresas.
En el marco del Día del Seguro, los directivos de tres cámaras empresarias del sector reflexionaron sobre el valor y la importancia del seguro en la actualidad. En un contexto de cambios constantes y nuevos desafíos, el seguro se reafirma como una herramienta esencial para brindar estabilidad, confianza y protección tanto a las personas como a las empresas. Los referentes compartieron su mirada sobre el presente y el futuro de la actividad, el rol del sector en la economía y la necesidad de seguir construyendo una cultura aseguradora más sólida en el país.
Respecto al escenario donde la economía se redefine, los hábitos de consumo cambian, y las aseguradoras tienen que adaptar sus modelos de negocio y de atención para responder a un cliente, Gustavo Trias, presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros (AACS), expresó que “El sector asegurador está atravesando una transformación profunda, impulsada por la digitalización y por un cambio cultural en los consumidores. Hoy el cliente espera inmediatez, simplicidad y cercanía, pero también confianza y cumplimiento. Por eso, las compañías están reformulando su modelo de atención: automatizando procesos, incorporando inteligencia artificial y ofreciendo experiencias omnicanal que integran lo presencial y lo digital. La digitalización ya no es sólo una herramienta de eficiencia, sino una condición de competitividad. Estamos viendo avances concretos en el uso de inteligencia artificial para la gestión de siniestros, en la personalización de coberturas y en la simplificación de la contratación a través de plataformas móviles. Pero lo esencial es mantener el equilibrio: detrás de cada algoritmo debe haber un criterio humano y ético que preserve la calidad del servicio y la relación de confianza que caracteriza a nuestra industria”.
Por su parte, Diego Guaita, CEO de Grupo San Cristóbal y Presidente de Aseguradores del Interior de la República Argentina (ADIRA), afirmó que “El interior del país concentra un enorme potencial para el desarrollo del mercado asegurador. Sectores como el agro, las economías regionales y las PyMEs locales son pilares de la producción nacional, pero aún tienen un nivel de cobertura limitado. Allí es donde el seguro puede generar un impacto transformador: no solo como herramienta de protección ante riesgos climáticos o financieros, sino también como motor de previsibilidad y crecimiento. Las oportunidades están en fortalecer la cercanía con los productores y empresarios locales, combinando la presencia territorial y el asesoramiento humano con soluciones digitales que simplifiquen los procesos. La omnicanalidad será clave para brindar autonomía y eficiencia sin perder la relación personal que caracteriza al sector. En este sentido, desde Grupo San Cristóbal estamos enfocados en seguir expandiendo nuestra red de atención y en desarrollar productos a medida para los distintos sectores productivos, con una mirada integral que acompañe la sustentabilidad y el desarrollo regional”.
Alejandro Canale Becker, El Director Ejecutivo de la Asociación Argentina de Cooperativas y Mutuales de Seguros (AACMS), hizo hincapié en cómo logran equilibrar la sostenibilidad financiera con la misión de ofrecer cobertura accesible, asegurando que “Justamente este constituye un desafío central: mantener su solidez económica sin perder su vocación social. El sistema cooperativo o mutualista por sus particularidades esenciales se ve sin dudas afectado por la compleja situación macroeconómica del país. Por la identidad solidaria de este tipo de empresas, el contexto económico, es un factor crucial a tener en cuenta en las decisiones de cada entidad. Equilibrar los principios de la solidaridad y el servicio al asociado, junto con la necesidad (como cualquier empresa) de mantener resultados técnicos y financieros sostenibles resultan de vital importancia. En la toma de decisiones urgen distintas prioridades que siempre se evalúan con suma cautela, tomando en consideración, que, por un lado y tal como lo establece la ley de seguros, las aseguradoras somos administradores de las primas de los asegurados y no menos importante es el hecho, en lo que refiere a las cooperativas y mutuales, el compromiso en el manejo de los fondos es aún más gravoso, teniendo en cuenta el modelo societario. Su estructura sin fines de lucro les permite destinar los excedentes al fortalecimiento patrimonial, la mejora de coberturas y la reducción de costos para los asociados. A su vez, la eficiencia operativa, basada en la cercanía con sus socios y el control responsable de los gastos, contribuye a mantener la competitividad sin comprometer el equilibrio económico. Este modelo se complementa con la promoción de la educación aseguradora y la participación activa de los asociados, factores que fortalecen la cultura solidaria y la prevención de riesgos. De este modo, las aseguradoras cooperativas logran compatibilizar su compromiso con la accesibilidad y la protección mutual con una gestión financiera responsable y sostenible”.
Trias, presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros, también dio su precisión respecto a qué transformaciones estructurales necesita el sistema asegurador para ganar eficiencia y competitividad sin resignar solvencia ni calidad de servicio, remarcando que “Argentina necesita un sistema asegurador más libre, más moderno y más integrado con su economía real. Eso implica tres transformaciones estructurales: Regulatoria: avanzar hacia un marco más flexible y previsible, que acompañe la innovación sin debilitar los estándares de solvencia; Tributaria: reducir la carga impositiva que hoy encarece el costo del seguro y limita el acceso a millones de personas; Judicial e institucional: garantizar seguridad jurídica, respeto por los contratos y procesos ágiles que den respuestas justas en tiempos razonables; La eficiencia no se logra sacrificando calidad, sino eliminando distorsiones que no agregan valor; Tenemos un sistema solvente, profesional y comprometido, pero que necesita reglas más racionales y un entorno de incentivos que premie el cumplimiento y la transparencia; El desafío es construir un mercado asegurador más competitivo, pero también más cercano y más útil a la sociedad, porque un país con más seguros es un país más estable, más equitativo y más capaz de proyectarse hacia el futuro”.
El CEO de Grupo San Cristóbal y Presidente de ADIRA, Guaita, se expresó sobre el impacto positivo del seguro en la sociedad, “El seguro cumple un rol esencial en la estabilidad económica y social. En contextos de alta volatilidad, su función trasciende la compensación de pérdidas: se convierte en una herramienta que brinda previsibilidad, confianza y continuidad a familias, empresas y comunidades enteras. Cada siniestro atendido, cada familia o PyME que puede recomponerse tras un evento adverso, refleja el verdadero impacto del seguro. En nuestro caso, el desembolso de más de USD 15 millones para asistir a los afectados por el temporal en Bahía Blanca es una muestra concreta de cómo el sector contribuye a sostener el tejido productivo y social del país. A futuro, el desafío es seguir fortaleciendo esta función social del seguro, promoviendo una mayor cultura de la previsión y ampliando el acceso a la cobertura en todos los segmentos. Solo así el seguro podrá desplegar todo su potencial como motor de inversión, desarrollo y estabilidad para la Argentina”.
En otro aspecto, y en relación a las estrategias están implementando las cooperativas para fomentar la conciencia aseguradora y la inclusión de nuevos asegurados, Canale Becker indicó que “Sin dudas siempre se brega por el compromiso del sector (asegurador) en la difusión de la conciencia aseguradora a todos los niveles de la sociedad. En este punto las cooperativas y mutuales de seguros tienen una ventaja competitiva, ya que en su ADN está ínsito el real espíritu de la función aseguradora. Función que se nutre, huelga decirlo, en la solidaridad como valor esencial, y del cual el cooperativismo no puede escindirse en modo alguno. Por tanto, el compromiso en ese sentido es fundacional del mutualismo. Las cooperativas y mutuales de seguros hacen que ese círculo virtuoso que significa la mutualidad de asegurados, que es un concepto fundamental de toda la actividad aseguradora, se refleje del modo más claro y prístino. Sin dudas en el corazón del sistema asegurador las cooperativas y mutuales juegan un papel irremplazable. Su modelo solidario, centrado en las personas y no en el lucro, continúa atrayendo interés, especialmente en el contexto postpandemia, donde se revalorizaron los vínculos comunitarios y la resiliencia económica. En algunos países, se ha logrado mantener una presencia estable en segmentos específicos, especialmente en seguros de vida, salud y micro seguros. Su nicho más fuerte se encuentra en sectores populares y rurales, consolidándose como opciones confiables para comunidades menos bancarizadas, zonas alejadas o segmentos desatendidos por las aseguradoras tradicionales”.
Anibal Cejas
