
En un entorno cada vez más digitalizado, la ciberdelincuencia representa un riesgo constante y creciente para las organizaciones. Desde grandes bancos hasta startups tecnológicas, todas dependen de sistemas digitales para funcionar, lo que las vuelve vulnerables a ataques que pueden poner en peligro su operatividad.
Las cifras son tan contundentes como alarmantes. Cybersecurity Ventures, investigador y editor sobre economía cibernética, estima que este año el costo global de la ciberdelincuencia superará los 10 billones de dólares anuales. Ya no se trata solo de incidentes aislados, sino de un fenómeno estructural que impacta en la continuidad operativa, la reputación institucional y la estabilidad financiera de las organizaciones.
“Un ciberataque puede generar un impacto económico significativo y esto se debe a varios factores: interrupciones largas en las operaciones, pérdida de confianza de clientes, inversores y socios, multas por no cumplir con normas como el RGPD o la LOPD, costos legales por demandas y la filtración de información valiosa, como secretos comerciales o propiedad intelectual”, explicó Christian Rada, líder de Finpro y Cyber para Argentina y Uruguay de Marsh.
En 2021, el ataque a Colonial Pipeline obligó al cierre temporal de uno de los principales oleoductos de EE. UU., generando una crisis energética en la costa este. En 2018, Marriott International sufrió una filtración masiva que expuso los datos de más de 500.000 clientes y dañó gravemente su reputación. Se estima, además, que el costo promedio de un ataque de ransomware alcanzará los 5 millones de dólares este año, afectando tanto a grandes corporaciones como a pymes.
Hoy en día, la gestión del riesgo cibernético es una prioridad para las empresas. Si bien es importante contar con buenas tecnologías de defensa, capacitar al personal y seguir protocolos de seguridad, esto no siempre es suficiente.
“Los seguros cibernéticos son fundamentales, porque no solo cubren pérdidas económicas, sino que también ayudan a recuperar operaciones después de un ataque, brindan asistencia legal, apoyan en la comunicación para cuidar la imagen y ayudan a cumplir con las normas. Además, muchas aseguradoras ofrecen servicios preventivos, como análisis de riesgos y simulacros, para preparar mejor a las organizaciones frente a posibles incidentes”, sostuvo Rada.
Frente a la inevitabilidad de los ciberataques, los seguros cibernéticos deben considerarse una inversión esencial para asegurar la continuidad operativa. En este contexto, las organizaciones mejor preparadas serán capaces de minimizar impactos y recuperar su actividad con rapidez.
